miércoles, 30 de enero de 2008

Cómo ayudar a las víctimas del divorcio

"EL TIEMPO todo lo cura", reza un dicho antiguo. Pero, ¿es cierto? ¿O sufren los hijos un daño irreparable como consecuencia del divorcio de sus padres?
Según The Journal of Social Issues, mucho depende de lo que suceda después del divorcio. La revista dice: "Las relaciones familiares que emergen después del divorcio afectan a los hijos tanto como el divorcio en sí, o incluso más".

En el caso de Heidi, el divorcio de sus padres solo fue el comienzo de sus problemas. Como sucede tantas veces, las segundas nupcias de su madre no fueron mucho mejor que las primeras, y lo mismo sucedió con las terceras. La infancia de Heidi estuvo llena de bandazos, desde gritos y peleas en las que se rompían los platos hasta solitarios días de verano en un apartamento vacío, preguntándose atemorizada cuándo volvería a casa su madre, si acaso volvía.
Los padres pueden hacer mucho para evitar que sus hijos sufran una secuela tan turbulenta. Al fin y al cabo, el divorcio pone fin al matrimonio, no a la paternidad ni a la maternidad.

El importante papel de los padres
"El que la concepción sea una experiencia que dos personas comparten, otorga a los hijos el derecho de tener un padre y una madre", escribieron dos psicólogos en la revista Psychology Today. Aunque quizás esa declaración le parezca obvia, en cierto modo, el divorcio priva repentinamente a los hijos de ambos padres.

Por ejemplo, en Estados Unidos, país que según las estadísticas podría denominarse la capital mundial del divorcio, más del 90% de los hijos de padres divorciados viven con la madre y están con el padre solo de visita. ¡Y más de la mitad de esos niños ven a su padre menos de una vez al año! Además, la cantidad de tiempo que la madre pasa con ellos también se reduce de forma drástica después del divorcio. Un estudio indica que pasa con ellos veintiuna horas menos a la semana.

Si en algo concuerdan los expertos es en que hay más probabilidad de que los hijos se adapten a la vida después del divorcio de sus padres si continúan teniendo una relación positiva y firme con ambos padres. Si eso no es posible, el por lo menos tener una buena relación con uno de ellos contribuirá a suavizar el trauma del divorcio. Pero, ¿cómo pueden los padres mantener esa intimidad con sus hijos después del divorcio?

Cómo hacer que el tiempo cuente
Si usted es una madre divorciada, mantener la intimidad con sus hijos puede ser lo que más le cueste. Muchas veces la mujer que se encuentra en esa situación debe enfrentarse a lo que algunas sociedades consideran un estigma doble: el divorcio y la pobreza. Se ve empujada de improviso hacia el mercado laboral, y en su lucha por compensar una pensión de manutención insuficiente o inconstante por parte de su ex cónyuge, posiblemente descubra que le queda poco tiempo para estar con sus hijos.

¿Qué necesita? Determinación y un buen horario. Compre cualquier ratito que pueda y planee con sus hijos lo que van a hacer juntos durante ese tiempo. Es mucho mejor pasar con los hijos aunque solo sea un poquito de tiempo cada día y dedicarles atención indivisa, que no pasar nada de tiempo con ellos. Además, el planear con antelación alguna excursión o salida juntos también contribuirá a que sus hijos tengan algo que esperar.

¿Van ustedes alguna vez "por el camino" juntos, quizás en su propio automóvil o en el transporte público? ¿Qué absorbe su atención? ¿Su hijo, o un periódico y la radio del auto? Cuando comen juntos, ¿ahoga la televisión toda conversación, o es la comida un momento para que su familia hable en paz? ¿Pudiera hacer alguna tarea doméstica en compañía de sus hijos, como preparar una comida o hacer la colada?

Por supuesto, eso no quiere decir que debe emplear esas ocasiones para sermonear a sus hijos. Al contrario, por el simple hecho de estar juntos y conversar de forma cariñosa y abierta es inevitable que les imparta alguno de sus valores. Momentos como esos también pueden ser una oportunidad ideal para dar a sus hijos la confianza que tanto necesitan ahora. Hay hijos que en su interior se sienten responsables del fracaso matrimonial de sus padres y otros se sienten rechazados por el padre que se ha marchado del hogar. Por eso, si con frecuencia les asegura que les ama, alaba sus buenas cualidades y sus logros y les da la confianza para expresar con franqueza lo que piensan, habrá contribuido mucho a suavizar el trauma del divorcio.

Algunos padres, después de su divorcio, descuidan la disciplina de sus hijos debido a que, en muchos casos, se sienten culpables. "Mi hijo ya ha sufrido bastante últimamente", parece que piensen. Pero el dar a los hijos total libertad para hacer lo que gusten no es mostrarles amor. El director de un programa para niños y adolescentes llevado a cabo en un hospital psiquiátrico señaló en la revista The Washingtonian: "Constantemente me dicen: ‘Mis padres me dejan hacer lo que quiera. No se preocupan por mí’". A este respecto, la Biblia señala: "Quien no corrige a su hijo, no lo quiere; el que lo ama, lo corrige".